Directora de Procesos de Innovación del Cluster de Alimentación
Según datos del World Economic Forum, se espera que la población mundial aumente de unos 7.700 millones a casi 10.000 millones en 2050, y que la demanda de cereales para la alimentación humana y animal se pueda situar en unos 3.000 millones de toneladas, frente a los 2.000 millones de toneladas de 2009. En este contexto los sistemas agrícolas deberán hacer frente al cambio climático, a la escasez de recursos hídricos y de tierras, y a la creciente volatilidad de los precios de los alimentos. Además, las interrupciones en la cadena de suministro y la escasez generalizada de mano de obra continuarán teniendo su impacto. Por ello los retos para las empresas alimentarias no son pocos, ya que tendrán también que adaptarse a los cambios en los patrones de consumo y desempeñar un papel más importante en la promoción de la salud y el bienestar.
Con este panorama futuro, y con la sombra de que puedan ocurrir diversas crisis alimentarias en el futuro, se ha celebrado recientemente en Bilbao el Food 4 Future World Summit. El congreso ha contado con un gran número de firmas expositoras y expertos para dar a conocer las últimas novedades, productos y servicios disruptivos y abordar las principales cuestiones para rediseñar los modelos de negocio en el ámbito de la alimentación. Y es que hay razones para ser optimistas sobre las perspectivas de la industria, y las empresas están bien posicionadas para abordar las principales tendencias que se vislumbran. Nosotras estuvimos allí, y estas son las tendencias de futuro que tuvieron más protagonismo:
Sostenibilidad y el rol del consumidor
Ya sea porque son beneficios directos de la transformación sostenible o porque se han generado para impulsarla, actualmente hay distintas fuerzas de cambio que influyen en el sector y lo impulsan hacia la sostenibilidad: eficiencia de los costes, el compromiso de las empresas con la sostenibilidad, o los incentivos por parte de la administración. Pero esta transformación no está exenta de retos, entre los que destacan la inversión necesaria para avanzar, la disponibilidad de tecnología e infraestructura, la regulación e incentivos, y los riesgos intrínsecos a la necesaria colaboración.
Dicho esto, las recomendaciones para la transformación sostenible del sector son claras: establecer alianzas y relaciones transparentes, sensibilizar al consumidor y ofrecerle información veraz, innovación e investigación, avances en certificados, etiquetados y trazabilidad, aprovechar los fondos europeos disponibles y consolidar la contribución social del sector. El incremento del interés de los consumidores por productos más saludables, y procesos de producción sostenibles, es un hecho.
Sin embargo, la percepción de los agentes del sector agroalimentario es que se trata de un aspecto de voluntad, y que la relación directa con sus compras todavía no ha llegado. De hecho, en el contexto económico actual, la relación calidad/precio se ha situado como una variable determinante en las decisiones de compra.
Las necesidades del consumidor en relación con la alimentación tienen 3 componentes, emocional, social, nutricional, y es por ello que la labor de comunicación del sector será vital en incidir sobre el comportamiento del consumidor, explicando el impacto de su decisión de compra.
Más información: https://assets.kpmg/content/dam/kpmg/es/pdf/2022/05/transformacion-sostenible-sector-agroalimentario.pdf
Nuevos productos
El principal motor del desarrollo de nuevos productos para la alimentación se encuentra en tomar como punto de partida el concepto “One Health” que se refiere a la salud humana, animal y medioambiental.
La búsqueda de nuevas formas de obtener proteínas vegetales para el consumo se presenta como la principal tendencia, entendiendo que se producirá una convivencia entre éstas y las proteínas animales.
Aunque actualmente existen múltiples ejemplos de este tipo de desarrollos, quedan aún importantes obstáculos que superar. Entre ellos podemos destacar la escalabilidad, la regulación, la fragmentación de los esfuerzos del sector, y las barreras que aún existen por parte de muchos consumidores, debido a las características sensoriales de los productos, y que de forma habitual cuentan con una larga lista de ingredientes, lo que provoca rechazo en los consumidores.
Mayor conectividad y automatización
Las opciones que ofrece la Industria 4.0 serán clave para que las empresas puedan optimizar el flujo de trabajo, eliminar los cuellos de botella de la producción y mejorar los márgenes, entre otros aspectos.
Concretamente, la ampliación de las funciones de la automatización, como la robótica, será un factor importante para mitigar la escasez de trabajadores y para mejorar la eficiencia de los procesos y los productos finales de los productores.
Finalmente, es necesario incidir en que la alimentación debe considerarse desde una visión de sistema, en el que las colaboraciones entre los agentes de las cadenas de valor ganen cada vez mayor peso.
Se trata, en palabras del propio sector, de una tendencia aparentemente obvia, pero no por ello necesariamente común. Estas colaboraciones serán clave para definir nuevos modelos de negocio que respondan a las tendencias del mercado, desde la producción, la fabricación, pasando por la logística y el retail, hasta el consumo final.
Principales tendencias de futuro en el sector de la alimentación
La opinión de…
Virginia Matesanz
Directora de Procesos de Innovación del Basque Food Cluster
La digitalización de la cadena alimentaria
El COVID ha acelerado la digitalización en toda la cadena de valor alimentaria y de bebidas, pero queda recorrido para que las tecnologías se instauren de manera efectiva en el sector como herramientas facilitadoras de una mayor competitividad en un doble sentido:
- Por un lado, dotando de mayor eficiencia en los procesos y, por lo tanto, abaratando costes
- Por otro lado, aportando un mayor valor a los productos siendo este así percibido por las personas consumidoras que acudirán al mercado mostrando preferencia por unas u otras marcas.
Pero, en estos tiempos y con una mirada al futuro más inminente, no podemos dejar de ver la digitalización como una herramienta al servicio de la sostenibilidad ambiental y una forma de contribuir al envejecimiento saludable a través de una nutrición más personalizada.
En un sector intensivo en el de recursos naturales y envases, causante de casi del 25% de los gases de efecto invernadero, en el que además un tercio de los alimentos que se producen se despilfarran, las tecnologías tienen mucho que aportar.
Las herramientas digitales también ayudan a comprender mejor el papel y el impacto de los micronutrientes en la salud humana. Aparecen nuevos dispositivos que permiten monitorizar datos biológicos y de estilo de vida, crecen y se democratizan las investigaciones y pruebas en microbiomas, ADN, sangre, etc. y los canales de comunicación llegan de manera más directa a los y las consumidoras finales deseosas de tener información y recomendaciones sobre los alimentos que más les convienen.
La cadena de valor alimentaria es rica y variada, por ello también queremos poner un foco en los principales avances por eslabón.
El sector primario en general ve en las tecnologías una solución para optimizar el uso de los recursos naturales y humanos, todos ellos cada vez más escasos. La transformación digital es todavía un reto a abordar pero por ejemplo, se trabaja ya en la agricultura de precisión y en la digitalización del campo. Sensores y drones permiten analizar parámetros como la fertilidad del suelo o el comportamiento de los cultivos de manera predictiva, posibilitando que máquinas robotizadas fertilicen, abonen o rieguen automáticamente de manera más eficiente. El control de estos procesos de manera integrada en el móvil también elimina numerosas gestiones y burocracias. En ganadería y pesca, por ejemplo, las miras están puestas entre otras en blockchain porque permite controlar y comunicar de manera transparente la trazabilidad de los productos eliminando fraudes y garantizando una gestión más fácil de la calidad.
Si tenemos que destacar el papel de las tecnologías en la industria transformadora, lo primero que tenemos que destacar es que dota a las empresas de capacidad de suministro incluso en momentos de flujos más tenso, ante demandas impredecibles en condiciones pandémicas, de huelgas y conflictos bélicos. La digitalización está permitiendo que marcas de alimentación y bebidas entren en contacto directo con los y las consumidoras finales. El e-commerce y las interacciones que las redes sociales están permitiendo generar estrategias de captación de clientes y haciendo proliferar nuevos modelos de negocio cada vez más rápidos. En todo esto, la gestión de datos y la capacidad de las tecnologías para traducirlas en información útil para la empresa son aunque incipientes, claves.
¿Y la distribución? Los retailers ven en la digitalización una oportunidad para mejorar sus procesos, el servicio, el trato y la atención al cliente. Garantizar las tiendas llenas, pero sin generar pérdida/despilfarro es un reto para todas las cadena de distribución. Por otro lado, la competencia que se profesan unos y otros operadores, obliga a que las enseñas adopten estrategias de fidelización, personalización y servitización, en las cada vez se ofrezca una mayor, más sorprendente y mejor experiencia.