Fruto de este lanzamiento, hay quien está intentando adaptar la elocuencia del bot para que desempeñe distintas funciones, como crear programas capaces de persuadir, engatusar y acosar con una tenacidad sobrehumana, en algunos casos para empoderar a los consumidores y en otros para conseguir ventas.
A largo plazo, las grandes empresas podrían adoptar esta tecnología y crear chatbots diseñados para gestionar las consultas y quejas de los clientes, o para venderles nuevos productos. De hecho, algunas empresas ya utilizan modelos lingüísticos de IA para ayudar a los vendedores a mejorar sus discursos.
Parece claro que el software lingüístico ayuda a las personas en el trabajo, y aunque distintos expertos afirman que es demasiado pronto para saber si esta nueva generación de tecnología de inteligencia artificial aumentará el trabajo humano o lo sustituirá, sí esperan que puedan ocurrir ciertas turbulencias, especialmente ligadas a su posible uso no ético.